LA VERDAD EXPUESTA

Cuando la verdad expuesta se te acerque
cuando la tengas cerca de tus tristes ojos
nada tienes que hacer más que decirte
que la dulzura que da la miel se ha ido.

Cuando las nieves se te acercan raudas
cuando los vientos se te arremolinan
llevándose lo poco que aún te queda
dolor o esa eterna hiel que quema cruenta.

Cuando todos los signos te lo indican
y el pulso se te va yendo despacio
no queda más que ser solo testigo
de que el amor se fue sin decir nada.

Es entonces que en los umbrales
de la desilusión queda una espina
esa espina que hace preguntarse
por qué no pudo ser la dulce rosa.

La rosa que está muerta deshojada
entre los montes del silencio umbrío
la rosa que ya fue y ahora es nada,
solo pétalos sueltos del olvido.