Aunque tú no lo sepas
siempre estaré contigo,
sentirás mi presencia
mientras la lluvia cae.
Aunque tú no lo sepas
seré la luz del día
que ilumine tu cara,
la estrella que tú mires
en noches desveladas.
Seré parte de todo
Aunque tú no lo sepas,
andaré tus caminos,
caminaré tus calles.
Luego, cuando la noche
te llene de nostalgias,
descansaré en tus valles,
llegando hasta tu cima.
Pues aunque no lo sepas,
grabada estoy a fuego,
en cada día que pases,
en cada madrugada.
No importa que no sepas,
no importa que te alejes,
soy el pan de tu mesa,
el espejo que miras.
La dolorosa ausencia,
de todo lo que añoras,
el sentimiento cauto,
el sollozo que brota.
Aunque tú no lo sepas,
seguiré siendo aquella
que te deje los versos,
debajo de tu almohada.
La que te siga siempre,
sin temor al olvido,
es que sin darte cuenta
esperas ya mis cosas.
No importa que la vida,
me niegue este cariño,
importa que te entregue,
de mis mejores rosas.
Que te de mis sentires,
que acaricie tu alma,
esa que siempre tiene
un dolor, que no calma.

siempre estaré contigo,
sentirás mi presencia
mientras la lluvia cae.
Aunque tú no lo sepas
seré la luz del día
que ilumine tu cara,
la estrella que tú mires
en noches desveladas.
Seré parte de todo
Aunque tú no lo sepas,
andaré tus caminos,
caminaré tus calles.
Luego, cuando la noche
te llene de nostalgias,
descansaré en tus valles,
llegando hasta tu cima.
Pues aunque no lo sepas,
grabada estoy a fuego,
en cada día que pases,
en cada madrugada.
No importa que no sepas,
no importa que te alejes,
soy el pan de tu mesa,
el espejo que miras.
La dolorosa ausencia,
de todo lo que añoras,
el sentimiento cauto,
el sollozo que brota.
Aunque tú no lo sepas,
seguiré siendo aquella
que te deje los versos,
debajo de tu almohada.
La que te siga siempre,
sin temor al olvido,
es que sin darte cuenta
esperas ya mis cosas.
No importa que la vida,
me niegue este cariño,
importa que te entregue,
de mis mejores rosas.
Que te de mis sentires,
que acaricie tu alma,
esa que siempre tiene
un dolor, que no calma.