
Bendito sea aquel que ama
serenamente , humildemente
el que renace cada día
de entre las cenizas,
el que calma la sed al amado.
Bendito su delirio y su pasión,
Pues le crecen alas a su alma
a su alma y esta vuela
sin calma y sin medida.
Bendito sea el que ama
sin condición alguna
aunque su sed no sea calmada.
Bendito aquel que da,
porque dar es saber la verdad
de la inmortalidad del ser.
Porque es saber que todo
lo que se entrega sin pedir
será devuelto un día,
sin pedir,
pobre del que no ama
del que solo recibe
sin siquiera sentir
pues simplemente
nada tiene en sus manos.
Bendito sea al amor
que se entrega
dulcemente, dignamente
con verdad y honor
con caricias tejidas
en el tiempo
Con palabras salidas
de los sueños,
esos que llegan
en las noches solitarias
y benditos los besos
que se lleva el viento
detrás de las montañas.
Bendito sea el amor
aunque traiga
borrasca
aunque sea lluvia
de verano.
Que siga su camino,
el que no ama
que recorra el borde
del olvido
dejando escapar
las caricias
que los besos sigan
sin rozarlo,
Que se aleje de todo...
Bendito el amor
que se le da aunque
no merezca ni
una sola lágrima
derramada...